Síndrome de Piernas Inquietas.
La evolución del SPI suele ser crónica y lentamente progresiva (aumento de intensidad con el tiempo), alterando el sueño en la mayoría de los sujetos. La exploración física y las pruebas médicas habituales suelen ser normales.
En aproximadamente un 20% de los casos hay otras situaciones médicas que explican la aparición de síntomas del SPI, como por ejemplo: anemia, insuficiencia renal, polineuropatía, embarazo, fármacos, etc.
El SPI puede ser diagnosticado en consulta por el médico realizando la historía clínica del paciente. Esto quiere decir que el diagnóstico es clínico. No obstante, junto a la historía clínica, algunas pruebas pueden ser de gran utilidad.
Análisis de sangre que incluyan hierro y ferritina (este último párametro se encuentra alterado en muchos pacientes).
Estudios en el laboratorio de sueño (polisomnografía nocturna y test de inmovilización sugerida): se realizan para determinar si existen movimientos periódicos en las piernas (o en los brazos) y para evaluar la calidad del sueño de los pacientes con el SPI.
Estudios de electromiograma y conducción nerviosa, sirven para descartar lesiones en las raíces y nerviso periféricos de las extremidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario