La Apnea del Sueño en las personas mayores: Efectos sobre la memoria.
La frecuencia e intensidad de los trastornos del sueño aumenta con la edad. Esto se debe a factores fisiológicos, médicos, psiquiátricos, farmacológicos y sociales. Algunos ejemplos de trastornos del sueño en los mayores son: Apnea del sueño, Síndrome de Movimientos Periódicos de Piernas, alteraciones del sueño por enfermedad médica o psiquiátrica, por demencia, abuso de alcohol e hipnóticos, narcolepsia, síndrome de piernas inquietas y trastornos del ritmo circadiano. La apnea del sueño aumenta su frecuencia con la edad y es más habitual en hombres que en mujeres, más en mujeres posmenopáusicas que en premenopáusicas. En personas de más de 65 años, la apnea puede llegar al 24-62%, siendo muy superior a la de las personas más jóvenes, dónde oscila entre el 2 y el 4%. Debido a su elevadísima incidencia en los mayores, se ha planteado si la apnea en este período de la vida tiene realmente la misma gravedad que en los más jóvenes.
El ronquido, uno de los componentes de la apnea, es ya de por sí más usual en los mayores, especialmente en los hombres. La ingesta de alcohol y somníferos puede agravar tanto el ronquido como la apnea. Otras de las consecuencias de la apnea en la persona mayor es la disminución de los niveles de oxígeno en la sangre por la noche, así como un mayor riesgo de sufrir arritmias cardiacas. Si, además de apnea, se padece de alguna enfermedad pulmonar, como asma, bronquitis o enfisema, la disminución de la oxigenación mientras dormimos puede ser particularmente severa.
La persona que padece de apnea suele tener un sueño de mala calidad (aún cuando, generalmente, no se suelen despertar por la noche) debido a los numerosos microalertamientos breves. Su sueño nocturno tiene además escasa capacidad restauradora. En las personas mayores, la existencia de una apnea nocturna puede aumentar el riesgo de padecer de un infarto o de un derrame cerebral. Inversamente, no es infrecuente que la apnea se haga evidente después de haber sufrido un problema de riego cerebral.
Si la apnea tiene lugar en una persona mayor cuya reserva cerebral es de por sí escasa (bien por calcificación de la arterias o por otra causa), puede producirse una descompensación mental cuyos síntomasrecuerdan a los de una demencia (perdidas importantes de memoria, confusión de objetos y personas, etc.). No obstante, y a diferencia de otros tipos de alteración cognitiva, las funciones cognitivas de estas personas recobran la normalidad una vez que la apnea es tratada deforma adecuada.
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